La disbiosis intestinal y sus consecuencias

¿Qué es la disbiosis intestinal?
Ahora, parece que todo el mundo habla sobre la disbiosis intestinal y los problemas de salud asociados a esta situación. El microbioma es un ecosistema complejo en el que influyen múltiples factores de nuestro estilo de vida, como la alimentación, la actividad física o el estrés.
La vida moderna lleva aparejadas muchas situaciones en las que el delicado equilibrio de ese ecosistema se altera, y entonces, se pasa de su equilibrio a su perturbación. Es decir, en vez de una eubiosis, aparece la disbiosis.
Definición y causas de disbiosis bacteriana
La disbiosis se define como el desequilibrio o la alteración de la microbiota normal. Este desequilibrio consiste en alteraciones en la cantidad y la tipología de los microorganismos que componen la microbiota intestinal.
Estas alteraciones también afectan al funcionamiento del metabolismo de la microbiota: por lo tanto, una disbiosis producirá cambios en la metabolómica, las sustancias que produce ese microbioma, o en su capacidad de defendernos de los microorganismos patógenos o “malos”, por ejemplo.
Las causas de la disbiosis son múltiples:
-Alimentación inadecuada: el tipo de dieta de las sociedades industrializadas modernas predispone a la disbiosis. La falta de suficientes MACs de los que hablamos en este artículo, el exceso de azúcares y la presencia de grasas industriales son causa de desequilibrios de la microbiota.
–Toma de fármacos: los antibióticos, los mal llamados protectores gástricos, los analgésicos o los de tipo hormonal, entre otros muchos, pueden alterar el equilibrio de la microbiota intestinal.
-Los eventos perinatales impactan en gran medida en el perfil de la microbiota intestinal: el nacimiento por cesárea, el uso de antibióticos en la madre o el recién nacido, y la falta de lactancia materna hacen que la microbiota del bebé se configure de una manera inadecuada o subóptima para su salud.
-Los factores genéticos y del sistema inmunitario pueden facilitar la colonización por microorganismos cuya presencia excesiva se asocia a un perfil de disbiosis.
-Otros aspectos del estilo de vida como la contaminación, el estrés crónico o la falta de contacto con la naturaleza tampoco ayudan a mantener la eubiosis.
¿Cuál es la relación entre antibióticos y disbiosis?
Los antibióticos son fármacos salvavidas cuando se quiere tratar una infección bacteriana grave como por ejemplo una neumonía o una pielonefritis.
Sin embargo, además de matar a las bacterias “malas” o patógenas que producen la infección, los antibióticos también tienen un impacto negativo sobre muchas especies comensales de nuestra microbiota intestinal como por ejemplo los lactobacilos o las bifidobacterias.
Por otro lado, a menudo se queda un remanente de bacterias en las criptas intestinales que repueblan el intestino una vez que desaparece la presión del antibiótico. Es muy frecuente que las especies de tipo patógeno sean las que ganen la batalla por la recolonización después de un tratamiento antibiótico.
Este es uno de los motivos por los que hay que utilizar los antibióticos solamente cuando hay una indicación verdadera para su uso, bajo prescripción médica y tras una valoración clínica individualizada de la situación.
Cuando se deben utilizar los fármacos antimicrobianos, se pueden acompañar de ciertas cepas de probióticos que ayudan a mantener el equilibrio de las especies de la microbiota intestinal, manteniendo a raya las especies patógenas para que no sean ellas las que recolonicen el intestino después del ciclo de antibiótico.
¿Cuáles son los síntomas asociados a disbiosis microbiana?
Son habituales los síntomas digestivos, como la alteración del ritmo intestinal, ya sea en forma de estreñimiento o de diarrea, alternando o no. La distensión abdominal y las digestiones pesadas también son frecuentes, y puede aparecer incluso dolor abdominal generalizado de tipo inespecífico.
No son raras las intolerancias alimentarias, que a nivel cutáneo se pueden manifestar en forma de eczemas o picor. Las alteraciones neuropsiquiátricas como la ansiedad o la depresión, o los dolores de cabeza de tipo migrañoso o cefalea tensional, también son frecuentes.
Además, según la predisposición genética de la persona, una disbiosis intestinal puede ser una causa facilitadora para la aparición de enfermedades autoinmunes, metabólicas o neurodegenerativas, por mencionar algunas. Por ejemplo, en la artritis psoriásica, la diabetes mellitus tipo 2 o la enfermedad de Parkinson, se han descrito diversos perfiles de disbiosis. También en los procesos oncológicos se ha descrito la presencia de disbiosis intestinal.

La microbiota no es solamente la intestinal
Disbiosis oral
La boca tiene su propia microbiota, y tanto en la caries, como la gingivitis y la periodontitis hay disbiosis oral que debe ser tratada. Por supuesto, en situaciones como la perimplantitis, un problema importante en algunas personas con un implante, también aparecen alteraciones de la microbiota oral.
Es importante tratar la disbiosis oral, puesto que la boca es el comienzo del tracto digestivo y su microbiota también impacta sobre el aparato respiratorio. Si en una persona con disbiosis oral solamente se trata el intestino, la disbiosis oral puede mantener la alteración intestinal, porque una gran parte de las bacterias de la boca acaba en el intestino. Esto sucede sobre todo cuando hay problemas con la fisiología del ácido gástrico.
Alteración disbiótica de la piel
La dermobiota o microbiota cutánea está muy expuesta a todos los factores del estilo de vida que hemos comentado antes, y además a otros como la higiene cutánea continua y excesiva con productos que no respetan a la microbiota. Se sabe que en patologías como la dermatitis atópica, la psoriasis, el acné y en realidad, en cualquier otra patología cutánea, está alterada tanto la microbiota de la piel como la del intestino.
Desequilibrio microbiano vaginal
La llamada microflora vaginal se describió por Döderlein ya a finales del siglo XIX. Es muy frecuente que por cambios hormonales, relaciones sexuales, la toma de antibióticos o la higiene excesiva, se altere el delicado equilibrio de la microbiota genitourinario. Esto predispone a problemas como la candidiasis vaginal, la vaginosis bacteriana, las cistitis o una mayor susceptibilidad a las enfermedades de transmisión sexual.
Disbiosis y permeabilidad intestinal
Uno de los mecanismos por los que la disbiosis puede dar lugar a tantos síntomas a distancia tiene que ver con el exceso de permeabilidad intestinal o leaky gut syndrome. En condiciones normales, los enterocitos o células del epitelio intestinal están muy juntos y unidos por unas estructuras que se llaman uniones estrechas. Cuando hay disbiosis, estas uniones se ven dañadas y las células se separan en exceso.
El exceso de permeabilidad intestinal favorece el paso a la circulación sistémica de toxinas presentes en la alimentación, antígenos como fragmentos de gluten o caseína, o lipopolisacáridos (LPS) de las bacterias patógenas de la luz del intestino.
Finalmente, esto puede llevar a una situación de endotoxemia e inflamación crónica de bajo grado, situación que encontramos en múltiples patologías crónicas.
¿También los bebés y los niños sufren de disbiosis intestinal?
Por desgracia, los niños pequeños ya desde bebés pueden tener disbiosis intestinal y del resto de las microbiotas del cuerpo. El parto por cesárea, el exceso de higiene, la administración de antibióticos y otros fármacos de forma precoz, la falta de lactancia materna y una alimentación proinflamatoria están detrás de la disbiosis en las edades tempranas. El bebé hereda en gran parte la microbiota materna – y de sus otros convivientes – y si los padres tienen disbiosis, también será frecuente que la tenga el bebé.
Cada vez son más frecuentes y precoces procesos como las alergias e intolerancias alimentarias y diversos problemas digestivos en los niños de nuestro entorno. La disbiosis intestinal está presente en estas situaciones y el tratamiento debería ser integral teniendo en cuenta la alimentación, el estilo de vida y la microbiota.
Aprender más sobre microbiota y alimentación
En ¡Es la microbiota, idiota! la Dra. Sari Arponen profundiza en las causas y conscuencias de la disbiosis. Además, dentro de la membresía de Slow Medicine Institute hay cada mes un contenido exclusivo sobre microbiota, donde también hablaremos sobre disbiosis de diversos tipos y cómo mejorarla.
En los próximo artículos del blog seguiremos profundizando en cómo cuidarse la microbiota intestinal, y las otras, para disfrutar de una buena salud.
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